La poesía renace en la noche,
cuando los fantasmas alzan la voz.
La poesía germina en el desierto
y se enzarza en lasciva pelea con la nieve.
La poesía es una noche larga
y nieve sobre Belfast.
La poesía es un hombre muerto
y rima enmohecida.
La poesía baila las copas de más
y escribe su nombre en el agua,
tiene cabellos rojos y mirada de atardecer.
La poesía besa la náusea
y deja pisadas irregulares,
blande gritos mortales y se atraganta en ellos.
La poesía renace del útero estéril
y se alimenta de vísceras palpitantes.
La poesía es una mañana acuosa
y el luto de Fanny Brawne.