Flotamos
en un espacio extraño
en nuestra casa extraña
deja de ser hogar cuando se obliga
de ser amor cuando se impone.
Bebemos
de labios azulados
salivados de hipocresía
no es mentira si se abraza
calumnia si deleita.
Olemos el mar vetado,
regalado a la arena,
regalado al cormorán,
regalado como si hubiera sido nuestro,
regalado como si no lo hubiéramos robado.
Olemos el mar vetado
y sólo vemos barrotes,
olemos el mar vetado
y ansiamos su horizonte.
Flotamos
en una bebida amarga.
Bebemos
para soportar el hogar
el amor
la calumnia
el deleite.
miércoles, 18 de marzo de 2020
domingo, 15 de marzo de 2020
RILKE
Y tú, en el centro de todo,
observando el Moldava como un dios
y sabiéndote allá arriba
donde no pueden tocarte,
donde no pueden morderte,
donde no hay proyecciones de sombras chinas
de antenas
de cruces de granito
de manos marmóreas.
Y tú, en el centro de todo,
bebiendo el Lucerna como un dios
y muriéndote allí arriba
donde no pueden tomarte
la cara entre las manos,
donde no pueden oírte vivir
verte asfixiar
contarte los segundos.
Y tú, en el centro de mi mundo,
psicológico,
una figura cambiante en el Sumida,
muñecas amarradas,
psicofonías,
sonrisa cóncava.
Y tú
huella
quizás
adiós
mañana.
observando el Moldava como un dios
y sabiéndote allá arriba
donde no pueden tocarte,
donde no pueden morderte,
donde no hay proyecciones de sombras chinas
de antenas
de cruces de granito
de manos marmóreas.
Y tú, en el centro de todo,
bebiendo el Lucerna como un dios
y muriéndote allí arriba
donde no pueden tomarte
la cara entre las manos,
donde no pueden oírte vivir
verte asfixiar
contarte los segundos.
Y tú, en el centro de mi mundo,
psicológico,
una figura cambiante en el Sumida,
muñecas amarradas,
psicofonías,
sonrisa cóncava.
Y tú
huella
quizás
adiós
mañana.
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